Por #ColaboradorSportlast: Pilar Sampedro
¿Cuántas veces te has planteado empezar a correr? ¿Cuántas veces más vas a planteártelo hasta que consigas hacerlo?
En muchas ocasiones me encuentro con gente que se sorprende cuando les cuento que mi pasión -sí, has leído bien, pasión- es correr. Suelen poner una cara que combina envidia, admiración, incredulidad y algo de tristeza. Normalmente no entienden cómo puede ser que te guste algo que ellos consideran muy duro.
A la vez te admiran porque piensan que eres diferente o especial por ser capaz de correr y envidian la capacidad que creen que tú tienes y ellos no. Normalmente suelen afirmar con algo de tristeza cosas como: “¡Uffff! Es que yo no soy capaz de correr” o “lo he intentado un montón de veces pero no sirvo para eso”. ¡Pues no! los que estamos enganchados a correr ni somos especiales, ni tenemos superpoderes que nos impidan cansarnos, ni estamos hechos de otra pasta. Lo único que nos diferencia a los que corremos de los que lo habéis intentado y no lo habéis conseguido es simplemente que… ¡VOLVIMOS A INTENTARLO!
Yo sólo llevo 5 años corriendo pero he preparado y me he enfrentado a muchísimas carreras de 5, 10, 15, 21 y 30 km. Actualmente estoy a punto de enfrentarme a mi primera maratón de montaña. Sin embargo, nunca me cansaré de decir que la carrera más dura que he preparado fue la San Silvestre de Valencia de 2011. Me propusieron hacerla cuando ni siquiera corría y tenía un par de meses para preparar 5 km que en aquel momento me parecían imposibles.
¿Crees que bromeo cuando digo que me costó más entrenar esos 5km que el maratón que voy a hacer? Pues no, no bromeo. El periodo inicial para empezar a correr es muy duro, no te voy a engañar. Es duro porque requiere una adaptación muscular. Piensa que tu cuerpo no está acostumbrado a hacer ese tipo de movimientos ni de esfuerzos. Tu respiración y corazón tampoco están entrenados, tu motivación aumentará y disminuirá por días y la cabeza… ¡Ay, la cabeza! La cabeza no suele acompañar al principiante.
¡Pero no te asustes, también hay ventajas! En el running la progresión es bastante rápida y aunque al principio parece que no avanzas, en menos de un mes, te sorprenderás de los resultados. Tanto, que sin darte cuenta, cada día te verás mejor físicamente, más motivado y por qué no decirlo… ¡enganchado!
Ahora sí, es el momento de pararte a pensar si realmente quieres correr, si estás dispuesto a sacrificarte unos días para conseguir un hábito placentero y duradero. ¿Sí? ¿Quieres? Pues solo te hace falta PACIENCIA Y CONSTANCIA.
Bueno, quizá también te vendrían bien algunas pautas de cómo lo hice yo:
- Busca un objetivo y una fecha: Por supuesto un objetivo “asequible” a tu estado físico inicial. No te plantees hacer una maratón de buenas a primeras porque puede ser que te vengas abajo. Yo empecé por esos 5km y dos meses de preparación. Apunta tu reto en un lugar visible.
- Haz público tu objetivo: aunque no te lo creas, la presión social hará que tengas más ganas de conseguir ese reto. La gente te preguntará cómo llevas los entrenamientos, te animarán y, por supuesto, estarán esperando a que les digas si lo has conseguido o no. ¡Pues sí! Esta vez claro que lo habrás conseguido.
- Equípate: no hace falta que te vuelvas loco comprando cosas. Lo ideal sería tener ropa técnica para ir más cómodo, pero si no es el caso, cualquier pantalón y camiseta de deporte que tengas por casa te servirá. Eso sí, las zapatillas y los calcetines son imprescindibles. Los calcetines deben ser especiales para correr, sin costuras y que transpiren bien. Por su parte, las zapatillas deben ser adecuadas a tu pisada, peso, entre otras variables. Para ello pide ayuda a un especialista. Si eres mujer, un sujetador o top de deporte también es imprescindible. ¿Ya lo tienes todo? Pues seguimos.
- Utiliza una aplicación: descarga en tu móvil alguna de las muchas aplicaciones que existen para correr (Nike+ running, Endomondo, GarminFit, Strava, Runtastic). Estas aplicaciones miden la distancia que corres y la velocidad. Aunque al principio estos datos no son importantes, te serán muy útiles para motivarte, pues cuando lleves varios entrenamientos, podrás ver los progresos que has ido haciendo respecto a ese primer entrenamiento, bien sea por distancia, velocidad, o ambos.
- Busca un lugar para entrenar: un parque cercano a casa, la típica “ruta del colesterol”, vías verdes, entre otras. Lo ideal es que te pille cerquita de casa para que no te dé tanta pereza. Yo elegí un parque que tenía debajo de casa cuyo perímetro eran 700 metros.
- ¡Fuera vergüenza!: si eres de los que les importa muy poco lo que piense la gente… ¡genial! Te puedes saltar este párrafo. Si eres más pudoroso, sigue leyendo. Sé lo que se te puede pasar por la cabeza cada vez que intentas correr porque a mí se me pasaba lo mismo. Que si te da vergüenza que te vean correr porque se nota que estas empezando, que si eres muy lento, que si te van a ver pararte y te da apuro. Piensa una cosa: si te cruzas con un corredor él te entenderá perfectamente porque ha pasado exactamente por lo mismo que tú y no encontrará motivo de mofa a que empieces a correr. Y si te encuentras con alguien que va andando o simplemente no hacen nada, ¡que se rían! Piensa que tú estás haciendo más que ellos.
- Música: Ponte algo de música, hazte una lista de reproducción con aquellas canciones que más te gusten o te aceleren, aquellas que no puedes evitar bailar. ¡Ni te imaginas lo mucho que te puede ayudar la música para correr!
- ¿Empezamos?: te aconsejo que empieces por un calentamiento o una caminata a ritmo vivo. En el momento en que te veas preparado, empieza a correr. Hazlo a un modo tranquilo, incluso lento, no te precipites en querer ser rápido, todo llegará. Lo ideal sería que pudieses ir cantando o hablando mientras lo haces. Cuando sientas que estás cansado y que no puedes más, continúa andando. Si te apetece, vuelve a correr, sino, a casa. Yo la primera vez di una vuelta al parque (700metros) andado y otra corriendo.
- Estira: es muy importante calentar antes de correr y estirar después para evitar muchas lesiones. Al día siguiente de correr es posible que tengas agujetas. No te asustes, es normal. Conforme vayas entrenando dejarán de aparecer.
Lo ideal sería comenzar entrenando 3 días a la semana. Yo te aconsejaría que las primeras dos semanas no sigas ningún plan. Dedícate primero a eliminar la pereza y a coger un poco la costumbre. Si de primeras te ves obligado a seguir un plan, es probable que te agobies. Eso sí, intenta en cada entrenamiento esforzarte un poquito más que en el anterior.
Sobre todo, y lo más importante tras este primer día corriendo, es que “no lo dejes”. Seguramente pensarás que lo poco que corres y nada es lo mismo, ¡pues te equivocas! Yo en mi segundo día corriendo sólo di una vuelta y media al parque, y caminé la otra media. Luego pasé a correr dos vueltas completas y de pronto me sorprendí buscando rutas más larga. Si algo he aprendido en estos años es que todo suma, por insignificante que parezca.
Así que cálzate las zapatillas y ve a por tu segundo día de entrenamiento, luego a por el tercero y luego el cuarto. Sin apenas darte cuenta, cada vez te dará menos pereza salir a entrenar, te lo prometo.
¿Recuerdas cuál era la diferencia entre el que no consigue correr y el que sí que lo logra? ¿Aquello de VOLVER? Pues amigo, esta es la parte más difícil, lo de volver a entrenar tras tu primer, segundo o tercer día de entreno. Aquí reside el sacrificio, porque una vez has cogido el hábito, una vez que correr forma parte de tu día a día, sumar 5 km más a tu objetivo no es difícil, o incluso pensar en distancias mayores, no te da miedo. Evidentemente también suponen un grandísimo esfuerzo, pero lo haces con unas condiciones físicas que ya son óptimas, una fuerza mental importante y una pasión que hace que no te dé pereza ni miedo plantearte esos objetivos.
Todos esos factores aún no los tienes pero los adquirirás, ten mucha fuerza de voluntad y sacrifícate para hacer tu primera carrera. Cuando menos te lo esperes, estarás buscando nuevos retos y poniéndolos en tu calendario. ¿No te imaginas así? Yo tampoco lo hacía.
¡Nos vemos en alguna carrera!
Alexandra
Qué bonito y qué felicidad me haría a mí el poder decir lo mismo algún día.
Yo muchas veces he llegado a pensar si todo el mundo puede hacer hacer ejercicio a un mismo nivel con preparación.
Yo admiro a la gente que se lía a correr en la pista con paso constante y empiezan una vuelta, dos, tres… Y parecen incansables.
Yo, en cambio, siento que no avanzo nunca por más ganas que le ponga. Es una especie de agotamiento abrumador que me dice “no puedo más” y tengo que parar en la 3/4 parte de la pista… Y no tiro la toalla, lo intento un día y otro pero sí que es cierto que me siento bastante derrotada cuando siento que soy incapaz de ir a más y que mis compañeros en la pista parecen ir sin dificultad tantas vueltas como quieran…
He intentado mejorar la respiración, la zancada, la pisada… Pero creo que todo está en el nivel físico de la persona y obviamente en el peso que su cuerpo tenga que levantar cada vez que sale a correr…
Actualmente tengo un sobrepeso de unos 8kg más o menos, y entreno 5 días a la semana…
Tu artículo me ha llenado de motivación y pienso en seguir intentándolo aunque sea la peor de la pista, o a la que más le cuesta de todos… En mi cabeza mi sueño sigue estando en que ALGÚN DÍA LO CONSEGUIRÉ
Muchas gracias