El futbolista sevillano Rogelio Sosa acuñó la mítica frase “yo no corro, correr es de cobardes”. No lo dijo por vagancia sino por filosofía de juego. Este jugador del Betis de los años sesenta y setenta entendía que era el balón el qué debía correr y no el jugador. Así, entendía que la técnica era más importante que la fuerza.
En lo que al running se refiere, evidentemente, correr no es de cobardes sino de valientes. Cada vez son más los aficionados a esta disciplina deportiva los que no temen a las inclemencias del tiempo y corren llueva, nieve o caiga un sol de justicia. Un verdadero runner siempre encuentra tiempo en su agenda para salir a disfrutar. Ya sea cada día o periódicamente correr es una necesidad para encontrar nuestro momento de paz, de desconexión, de relajación mental y de descarga de adrenalina.
Además, correr no es de cobardes porque resulta muy beneficioso para la salud. Numerosos estudios reflejan que practicar deporte con regularidad reduce la atención médica en patologías relacionadas con el sistema cardiovascular. Al contrario. Practicar deporte de manera racional, entre dos y cinco veces por semana según los expertos, hace que nuestro cuerpo rinda más y funcione mejor. Además, disminuye el riesgo de padecer otras dolencias relacionadas con el sedentario.
Por tanto, amigo, olvida el mito que ‘correr es de cobardes’ y dale la vuelta. Di bien alto que el que no corre sí que es un cobarde. Por salud y por vitalidad a disfrutar del deporte. Eso sí, como siempre decimos, con sentido común.
Feliz entreno, feliz carrera o feliz actividad física.