A lo largo de la carrera de un deportista es muy probable que, si no él, alguno compañeros se lesione. La lesión deportiva está considerada como un “bache” en un camino marcado por un largo y continuado trabajo en los entrenamientos y en las competiciones. Sin embargo, es importante tener en cuenta que, según diferentes estudios, aproximadamente un 80% de los deportistas tendrán una lesión durante su carrera. Es por ello, que debemos reconocer la importancia que tiene la lesión y trabajarla de manera multidisciplinar. Diferentes profesionales como médicos, fisioterapeutas, readaptadores, nutricionistas y psicólogos deportivos trabajan en la prevención, recuperación, rehabilitación y vuelta a la competición. Es fundamental atender a los deportistas ya que supone un cambio tanto a nivel deportivo como personal. En función de cada persona, una lesión se considerará un acontecimiento más en su carrera o un impacto crítico que puede desembocar en la indeseada retirada deportiva.
Existen muchas variables y circunstancias que pueden afectar en la aparición de una lesión deportiva, sin embargo, entre todos los factores psicológicos que pueden aumentar la probabilidad de que se produzca una lesión, el estrés es el más relevante. Todos conocemos esa palabra, conocemos el estrés que puede sufrir un trabajador en su empleo por las demandas a las que se tiene que enfrentar, o el estrés que sufre un niño o una niña ante la gran cantidad de deberes que tienen diariamente, pero ¿realmente sabemos qué es el estrés en sí?
Según Richard Lazarus, “el estrés “es la relación particular entre la persona y el entorno que es valorada como desbordante o como algo que excede sus recursos y pone en peligro el bienestar”. Dicho de una forma más simple, el estrés surge cuando percibimos que las demandas de una situación superan nuestros recursos y afecta a nuestro bienestar diario. En un estudio realizado en el 2008 por el Colegio Oficial de Psicólogos, se concluyó que nueve de cada diez personas sufrieron estrés en el último año. Un dato bastante preocupante que no solo se extiende al mundo escolar y laboral, sino también al deportivo.
Dentro del ámbito deportivo, el estrés afecta a los deportistas reduciendo, en muchos de los casos, su rendimiento. Además, el estrés es un factor relevante que aumenta la probabilidad de que se produzca una lesión y con ello, un parón en los entrenamientos y periodo competitivo. Altos niveles de estrés pueden provocar efectos negativos (déficit atencional, emociones negativas, cansancio…) y pérdida de control en variables de autocuidado (buena alimentación, higiene del sueño…), aumentando la vulnerabilidad de sufrir una lesión. También puede afectar a nivel fisiológico en cuanto a que debilita el sistema inmune de nuestro organismo, o provocando una sobreactivación muscular. Todo ello puede hacer que se acelere la aparición de cansancio, se dificulte la coordinación motora, se reduzca la flexibilidad, entre otras consecuencias. Además afecta a nivel cognitivo, reduciendo los recursos atencionales haciendo que el deportista ignore información relevante, lo cual provoca errores en su ejecución.
Hay algunos deportistas que deciden controlar el estrés que les provoca una situación determinada aumentando su entrenamiento y actividad física. Esto se debe a que perciben que las demandas de la situación van a superar sus propios recursos físicos. Por ejemplo, un deportista que lleva cuatro años preparándose para unos Juegos Olímpicos percibe que no está lo suficientemente preparado y piensa en un posible fracaso en la competición. Este deportista, debido al estrés que le produce la situación, abusa del ejercicio realizando, por ejemplo, cuatro horas extras. Pues bien, este deportista está aumentando de forma considerable su probabilidad a tener una lesión. De hecho, estudios como el de Kerr y Minden (1988) ponen de manifiesto que la gran mayoría de lesiones, en concreto un 50%, se producen la semana anterior a las competiciones y un 40% el mismo día.
La psicología deportiva ofrece al deportista herramientas para controlar y reducir el nivel de estrés y, por ello, disminuir el riesgo de sufrir una lesión, mejorar el proceso de recuperación y rehabilitación y potenciar la vuelta a la competición. No obstante, en el ámbito de las lesiones deportivas entran en escena diferentes variables que favorecen su aparición, no solo psicológicas. Es, por tanto, necesario un trabajo multidisciplinar en colaboración con el resto de profesionales que rodean al deportista.
Mind Your Brain
Ignacio Garcia, Arturo Ruiz y Leticia Montoya