Cómo tratar el pie de atleta

El pie de atleta, o también conocido como tiña podal, es una infección en las extremidades inferiores. Se le llama pie de atleta porque este colectivo está más expuesto a los hongos que la provocan, que son tres, y que pueden sobrevivir durante meses en superficies húmedas como duchas, piscinas, toallas, gimnasios. Pero aunque seas muy cuidadoso con esos espacios comunes, el mismo sudor que produce tu pie puede crear un ambiente perfecto para el alojamiento de estos hongos especialmente si usas zapatillas de fábrica sintética de deporte por el mismo motivo: humedad, al pie le cuesta respirar y oscuridad. El paraíso para estos tres maleantes.

Sin embargo, en cuanto a calzado, estos organismos microscópicos buscan el calor, la oscuridad y la humedad. ¿Cuál crees que es el mejor calzado para ellos? Las botas altas cerradas. Esto no significa desterrarlas en el armario para el resto del invierno, pero sí que debes tener en cuenta algunos consejos que te vamos a dar.

Hablemos primero de los síntomas para saber si lo padeces o no, aunque esto debe diagnosticarlo o bien un médico o podólogo. La zona más común donde los puedes encontrar es entre el tercer, cuarto y el quinto dedo del pie. Suele provocar sensación de picazón, la zona se vuelve roja, se reseca, pueden aparecer ampollas y producir sensación de quemazón. Lo peor de todo es que su contagio no es difícil: por contacto directo con toalla, los suelos de las duchas, las zonas comunes de gimnasios, entre otros. Por eso es tan importante usar chanclas en los gimnasios y no compartir las toallas. Cabe destacar que esta infección es más común en hombres que en mujeres y lo pueden padecer tanto niños como adultos.

¿Y cómo se trata? Pues al pertenecer al mundo de los hongos, se combate con un fungicida que te será indicado por tu médico o podólogo. También es importante que mantengas el pie limpio – se recomiendan jabones a base de sulfato de selenio siempre y cuando no haya herida- y seco el mayor tiempo posible. Por ejemplo, al llegar a casa, lávate los pies y utiliza un calzado que no te haga sudar y te deje el pie al aire libre. Sin embargo, la total desaparición es complicada. Un 65% de los pacientes vuelven a padecer episodios de molestias provocados por el pie de atleta incluso años después.

Para prevenir el pie de atleta aconsejamos que cambiar a menudo de calcetines y que éstos sean transpirables. Es muy importante que al salir de la ducha te asegures que el espacio entre los dedos esté seco, usar chanclas en lugares públicos, así como tu propia toalla y -si es posible- cambiar a menudo de zapatos y que éstos sean transpirables.

Todo esto, siempre bajo supervisión médica.

¿Tienes más dudas sobre el pie de atleta

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *