Por Francisco Javier Contador – General Manager Fundación Alberto Contador
Siempre es un placer incidir en la labor de nuestros equipos Polartec-Kometa de la Fundación Alberto Contador. Es importante y relevante hacer referencia a cuál es nuestra labor, qué hacemos y cómo desarrollamos nuestras actividades. Llevo una temporada dándole vueltas a cómo resumir nuestro hacer desde que comenzamos la andadura de este proyecto en 2013. El tiempo es fugaz, decía el clásico, y cinco años ya no es un período tan fácil de abordar.
Una posible forma de concretar la labor de la fundación sería mencionar a todos los ciclistas que han pasado por nuestras filas y que a día de hoy son o han sido corredores profesionales. Pero sería una forma muy vaga de condensar todo nuestro trabajo. Sí, sin duda ese es uno de nuestros objetivos. Posiblemente para los ojos de la mayoría puede ser el más vistoso e incluso el más interesante. Sin embargo, en la Fundación Alberto Contador se hace un trabajo que va mucho más allá de crear ciclistas profesionales.
Con los pies en la tierra
Lo primero que decimos a los ciclistas cuando entran en la categoría juvenil tras el Campus de selección es que «ya estáis en nuestro equipo y ahora queremos que sepáis que lo más seguro es que no seáis ciclistas profesionales». Ya os podéis imaginar la cara de los jóvenes ciclistas y la de sus padres, por supuesto. En definitiva es la verdad. En realidad la explicación ahonda en que ser ciclista profesional hoy en día es muy, muy complicado. Y si llegas a serlo, más aún es mantenerte en esa élite y lograr un patrimonio que te permita vivir del mismo sin dedicarte a otra profesión el día que te bajas de la bicicleta. Esto solo le pasa a algunos elegidos.
Por ello en la Fundación Alberto Contador intentamos que los corredores que están formándose con nosotros para que aprovechen el tiempo que están invirtiendo para convertirse en verdaderos ciclistas. Y al mismo tiempo inculcarles una serie de valores por si ese sueño del profesionalismo no se hace realidad.
Cantera de valores
A día de hoy, gracias a nuestros equipos en categoría Juvenil, Sub-23 y Continental, los ciclistas que están con nosotros tienen la posibilidad de ir promocionándose hasta llegar a ser profesionales dentro de nuestra propia estructura. Pero esto no es lo que más nos motiva o lo que más nos hace sentirnos realizados. En definitiva es el hecho de ser testigos de primera mano de cómo chicos de 17 años entran en nuestro equipo y van creciendo y madurando paulatinamente. Eso es de lo que más orgullosos nos sentimos, independientemente de que lleguen a ser ciclistas profesionales o no.
No puedo dejar de pasar esta ocasión para agradecerle públicamente a SportLast su apoyo. Una marca que lleva formando parte de este proyecto desde el primer año. Desde ese cada vez más lejano 2013. Desde ese momento en el que los equipos de la Fundación Alberto Contador eran tan solo una presentación en Power Point. Mil gracias por esa confianza.
En la Fundación Alberto Contador trataremos de seguir trabajando todo el tiempo que sea posible por lo que es nuestra pasión: la bicicleta. Y esperamos hacerlo muchos, muchos años. Porque una de las máximas que siempre recalcamos es la de «Querer es poder».