¿Sabías que la gente que practica deporte vive unos tres años más de media? Los especialistas, como médicos y psicólogos, saben que el deporte afecta tu cerebro y cada vez más recomiendan el deporte como parte indispensable para sanar una enfermedad o recuperar la movilidad de alguna parte del cuerpo. Además, por nuestra cuenta propia o por lo que nos dicen, sabemos que el ejercicio físico propicia un buen funcionamiento del organismo y nos ayuda a “engrasar” todas estas conexiones articulares, órganos como el corazón o los pulmones y aspectos tan importantes como el riego sanguíneo. También somos conocedores del poder de influencia sobre las dietas: “tienes que hacer deporte, con la dieta no es suficiente”, nos recomiendan.
Pero la parte emocional y sobretodo la cerebral ya no están tan claras. No es la primera vez que mencionamos las ventajas sobre las emociones de la práctica deportiva -lo hicimos en el artículo ¿Cuáles son tus razones para practicar deporte?– y en cómo puede ser de beneficioso en caso de estrés, nerviosismo, ansiedad y hasta depresión. Hoy, en cambio, te hablaremos de cómo el deporte afecta tu cerebro.
¿Qué pasa en el cuerpo durante la práctica deportiva?
– El cuerpo reacciona al movimiento y se lo indica al cerebro mandándole sustancias químicas como la Proteína IGF-1. Esta proteína está muy ligada al crecimiento de los niños, pero también al estado de las células. Gracias a ella se generan otras sustancias que protegen las células y las hacen más fuertes. Además sirve como regulador del sistema celular.
– Aumenta la capacidad de aprendizaje. El cerebro produce una sustancia que tiene un gran efecto en la asimilación de contenidos. Aparte de esto, la práctica deportiva nos aporta más claridad.
– El cerebro produce endorfinas. Es la hormona encargada de generar euforia, bienestar y de regular la sensación de dolor.
– Disminuye la neurogénesis. Gracias a los estímulos que nuestro organismo manda al cerebro, éste reacciona favoreciendo la creación de nuevas neuronas. Pero no sólo eso, también se disminuye la muerte de estas células tan importantes y se refuerza la conexión entre ellas, un sistema verdaderamente complejo. En resumen, ésto tiene efectos muy positivos no sólo en el aprendizaje sino también en la memoria.
Lo más increíble de todo esto es que no te hace falta correr maratones para conseguir estas reacciones, sino que con 20 minutos diarios serán necesarios para aquellos que lleven una vida sedentaria. Recuerda, no obstante, que es más importante salir a entrenar de forma regular unos 20-30 minutos, que hacer la gran carrera y no volver a coger las zapatillas hasta dentro de un mes.
Te dejamos este vídeo del programa de Redes de Eduard Punset, donde hace un resumen de cómo el deporte afecta tu cerebro.