Ser sordo y triatleta

Por Sergi Jurado, Domingo 9 de julio de 2017.

Triatlón Olímpico de Cardona (1500m nadando + 40km bici + 10km carrera a pie)

Son las 9:15h, los nervios se acumulan y tengo que calentar bien. Nos colocamos en la línea de salida, me sitúo en la primera fila para darlo todo. Ahora tengo que estar pendiente de los demás. Como soy sordo, no oigo la bocina de salida, pero el triatlón ya es un deporte para sordos y no me impongo ninguna excusa.

La natación consistía en dos vueltas de 750m. Los primeros metros fueron de mucho agobio y golpes. Intento estar en el grupo de cabeza. Paso la primera vuelta, me fijo en los demás, veo que voy bien y sigo a mi ritmo, salgo de 4to.

Después de una transición rápida, me dirijo a por los 40km de bici, donde se juega la parte más importante, ya que hay subidas y bajadas muy exigentes. Creo que puede ser mi punto fuerte. Me pasa un triatleta (que conozco y es muy bueno en bici), y me coloco en su rueda. Seguimos subiendo y adelantamos a los dos primeros triatletas que no pueden seguirnos. A partir de aquí, vamos a luchar por el pódium. Nos vamos haciendo el relevo, pero él es muy bueno y quiere tirar el primero. A falta de 2 km, en una bajada con una gran pendiente sinuosa, se me escapa.

La meta se acerca

Llego a Cardona en segunda posición y salgo a correr los 10km finales. Los primeros kilómetros me siento fresco, sin cansancio, con buenas sensaciones y a mi ritmo. Al km 2, veo delante de mí al primero que se me había escapado. Lo veo cansado (creo que la bici le ha pasado factura) y aprovecho para cogerlo. Lo adelanto, le doy ánimos y me coloco en la primera posición. Me doy cuenta de que el triatlón también puede ser un deporte para sordos.

Sigo corriendo, veo a mis padres animándome, gente aplaudiéndome (no oigo nada pero los siento). Miro atrás, no hay nadie, sigo a mi ritmo hasta llegar a la meta. Estoy exhausto y a la vez satisfecho, cojo la cinta, levanto los brazos y cumplo mi reto personal de hoy: que la gente me conozca. Ellos no saben que soy sordo.

Adaptarse al medio

Llegar hasta aquí no ha sido fácil,  ya que incorporarme a la sociedad normoyente me ha supuesto mucho trabajo desde mi infancia, logopedas, colegio, repasos y mucho trabajo. También con mucho empuje y constancia he llegado a ser triatleta. Como sordo no se me considera “paratriatleta” y tengo que participar con todos los demás. Estoy en tierra de nadie: no oigo la bocina de salida o las indicaciones de los jueces de posibles cambios, pero está claro que el triatlón, efectivamente es un deporte para sordos.

Este año gané una beca de GAES con mi proyecto Que la sordera sea oída en el triatlón”. Por ello, actualmente estoy dando a conocer las dificultades de nuestro colectivo en revistas, periódicos, redes sociales, entre otros medios. Con el fin de llegar a poder ampliar la normativa para que las señales, además de acústicas, sean visuales o con comunicación no verbal mediante señalizaciones. Y así ser sordo y triatleta.

Os invito a ver mi vídeo documental “Triatlón en silencio”, mi reto personal.

Sergi2

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