Estamos a principios del año y seguro que muchos de vosotros, (igual que yo) os habéis dejado en manos de la buena vida. Meses sin competiciones y con las navidades de por medio y ahora estaréis pensando ¡Madre mía, cómo cuesta arrancar con el frio, sin tener los objetivos claros y la pereza que dan los inicios!
PRIMEROS ENTRENOS
Si algo he aprendido estos años, es que, esta etapa en la que nos sentimos a la deriva deportiva, solo se puede solucionar de una manera: volviendo a ser disciplinados con las rutinas de entrenamiento. Como tantas cosas en la vida, si le ponemos ganas y damos el primer paso, ya tenemos la mitad de la faena hecha. Las primeras semanas son muy duras, uno se siente pesado, en baja forma.. Y por si fuera poco, empiezan las comparaciones con momentos de forma anteriores “yo antes podía”, “no aguanto una serie más” … Pero te diré un secreto, una vez pasan esos primeros entrenos, el cuerpo ira respondiendo a las rutinas, interiorizaremos mejor el cansancio y nos recuperaremos más rápido de las agujetas. Todo empezara a fluir.
LA PRE-PRETEMPORADA
Este primer ciclo de la temporada, en el que arrancamos motores, suele durar unos 21 días (3 semanas). No cabe decir, que en estos primeros días es importante cumplir las horas de descanso regenerativo (cuida tu cuerpo y él te responderá) además de buenas dosis de confianza sobre el trabajo que estamos haciendo. Para estas jornadas de deporte, contar con una buena ropa técnica, es de gran ayuda, la gama PRO de productos de Sportlast, siempre hacen más fácil las primeras semanas de entrenos , nos servirá para recuperar más rápido y rendir con menos molestias. Una vez pases esta primera fase, es el momento de continuar avanzando y marcarte las metas de la temporada.
Es el pez que se muerde la cola, una vez interiorizamos las rutinas, pasamos el umbral de las agujetas y el cuerpo responde al cansancio, los resultados nos favorecerán y eso es un chute de motivación.