El entrenamiento de fuerza en Runners: un aliado para evitar lesiones.

¿Cuántas veces has escuchado que si trabajas “con hierros” en el gimnasio aumentarás la masa muscular, por lo tanto tu peso y perderás eficiencia en la carrera?

Nada más lejos de la realidad. Desde ya hace algunos años, tendencias basadas en estudios, indican que un trabajo de fuerza adecuado y adaptado a las necesidades del corredor, aporta beneficios a todos los niveles. Veamos por qué.

Tus músculos no se van a desarrollar en uno o dos meses

En primer lugar, es diferente el trabajo de fuerza para corredores del entrenamiento de fuerza referido en disciplinas como la halterofilia o el powerlifting. Realizar un entrenamiento de fuerza siendo corredor, significa incluir ejercicios con peso en tus entrenamientos para fortalecer la musculatura. Eso te beneficiará de cara a la carrera. Entendido esto, no caigas en el tópico de pensar que por ir varias veces a la semana al gimnasio, tus músculos van a crecer de forma exponencial en uno o dos meses. Ganar masa muscular no es nada fácil, ya que requiere un trabajo muy duro y constante, al que no va enfocado este tipo de ejercicios.

Con un adecuado programa de fortalecimiento muscular, combinado con tu entrenamiento de carrera, desarrollarás tu masa muscular. Además aumentarás tu potencia mejorando la calidad de las fibras de tus músculos (las respuestas nerviosas) y no hipertrofiando (ganando mayor volumen muscular). Correr implica muchos grupos musculares y si no están bien preparados, no responden correctamente, igual que las articulaciones. Un trabajo de fortalecimiento de músculos y articulaciones es un refuerzo muy recomendable para ayudarte y minimizar todo lo posible el riesgo de sufrir una lesión.

Algunos beneficios:

1- Mayor eficiencia

Con carreras largas o intensas, el cansancio provoca que tu postura y zancada empeoren y al final eso repercute en tu rendimiento. Si trabajas para fortalecer tu faja abdominal (core), mejorarás tu postura y en consecuencia tu zancada y tu eficiencia, reduciendo la fatiga y evitando lesiones.

2- Mayor resistencia

Mejorar tus músculos significa hacerlos más fuertes para que no se fatiguen tan rápido. Si son capaces de aguantar más tiempo sin cansancio, tus objetivos también mejorarán, al igual que tus sensaciones. Además evitarás los molestos calambres y podrás prevenir las temidas “pájaras” provocadas por el agotamiento de las reservas de glucógeno del hígado y los músculos.

3.- Mayor Velocidad

Si mejoras tu forma física tu resistencia podrás conseguir ritmos más rápidos. De esta manera, el entrenamiento de fuerza es una gran aliado para mejorar tu velocidad.

4.- Mayor Facilidad

Para que el running se convierte en algo sencillo, se necesita tiempo. Pero si añades a tus entrenamientos de carrera algunas sesiones de fuerza, este tiempo se acorta. El fortalecimiento del cuerpo y la mejora postural hará que disfrutes muchos más de los entrenamientos y no sufras tantas lesiones.

5.- Menos lesiones

Una buena postura al correr al igual que una zancada eficiente son básicas para evitar lesiones. Y una forma de conseguirlo es fortaleciendo el core (zona abdominal y lumbar) y el tren inferior de tu cuerpo (glúteos, muslos y piernas) para evitar lesiones. Ello evitará dolores de espalda, de cadera o de rodillas. Muchas lesiones vienen provocadas por la debilidad de los músculos o de un desarrollo desequilibrado de los mismos. Cuando corres utilizas unos músculos más que otros y no trabajas todos los grupos musculares de tu cuerpo, por lo que vale la pena compensar esa falta de trabajo con el entrenamiento de fuerza.

Así que, tanto si eres un corredor experimentado como si estás iniciándote en el mundo del running, incluir dos o tres sesiones de 20 minutos de entrenamiento de fuerza a la semana será suficiente para empezar a notar sus beneficios. ¡Pruébalo!

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *