¿A quién no le gusta una ducha de agua fría después de hacer ejercicio? El corazón te late mucho más rápido, la temperatura corporal y de la sangre está más elevada, la ropa está sudada, notas como te bajan las gotas por la sien, hueles a sudor… ¡qué ganas de relajarse bajo el agua! Estamos de acuerdo en que una ducha fría es un placer después de salir a entrenar o a competir, pero ¿lo es para nuestro cuerpo? Desde Sportlast os enseñaremos el tipo de ducha ideal después del entrenamiento.
Tienes que tener en cuenta que los cambios de temperatura bruscos no son buenos. Cuando estás haciendo ejercicio físico, la temperatura de tu cuerpo y de tu sangre aumenta, esto produce que se dilaten los vasos sanguíneos próximos a la piel y se activen las glándulas de transpiración. Además, el ácido láctico se acumula. Durante este proceso es mejor no forzar a tu organismo a adaptarse al agua fría, así que te recomendamos que aproveches para hacer estiramientos como mínimo durante 15 o 20 minutos. Llegados a este instante, existen diferentes beneficios tanto de la ducha de agua caliente como de la fría.
Ducha Fría
Tomarse una ducha de agua fría -no helada- te ayudará a recuperar tu ritmo cardíaco normal. Además, si padeces algún tipo de inflamación te irá muy bien ya que el agua fría ayuda a contraer los vasos sanguíneos. Otro de sus beneficios es que te deja la piel más suave y también la tonifica.
Ducha caliente
Con una ducha de agua caliente harás que aumente el riego sanguíneo y por lo tanto, favorecerás la recuperación localizada. En cuanto a la piel, te quedará limpia y drenada.
Entonces, ¿es mejor fría o caliente? Aquí está la cuestión porque como hemos visto, ambas formas tienen sus beneficios. La respuesta es que ambas son recomendables y combinadas aún más. Te aconsejamos que después de haber estirado bien durante el tiempo que te hemos dicho, comiences una ducha con el agua tan caliente como puedas tolerar -con cuidado- durante tres minutos. Seguidamente, ármate de valor y ponla fría, esta vez uno o dos minutos. Este es un proceso que debes repetir unas cuatro o cinco veces y terminar con agua fría. Hay que destacar que si se emplean medias de compresión deportivas, musleras compresivas o medias para la circulación, beneficiarán la recuperación de los músculos después de un entrenamiento.
Sin lugar a dudas, la ducha es un placer pero también es necesaria. Y tú, ¿después de hacer ejercicio te duchas con agua fría o con agua caliente?